Ya llegó el bebé cómo sigue mi vida

Ya llegó el bebé…cómo sigue mi vida?

Por Lic. Marisa Russomando, Psicóloga, Directora del espacio La Cigüeña,
www.espaciolc.com.ar

El bebé ha llegado…una nueva vida, un nuevo corazoncito latiendo. Es el
momento que han estado esperando, es un encuentro que cambiará la vida de todos
para siempre.

Pocas parejas piensan en el impacto que el nuevo bebé tendrá sobre sus vidas,
su trabajo, sus emociones y sus sentimientos mutuos. Es frecuente que los padres
den tanta importancia al cuidado del bebé que presten demasiado poca atención a
su propio cuidado. Con la llegada del bebé, tanto las madres como los padres
encontrarán que el mundo a su alrededor se ha alterado y esto puede provocar
temores y angustias que al ser conversado con otros pares o con un profesional
se despejan rápidamente, conectándose con la maravillosa experiencia de ser
padres sin desatender a otras áreas que conforman a cada persona.

Pareja y familia

Hay una gran diferencia entre una pareja y una familia. Un hombre es muy
diferente a un padre, y de ambos se esperan cosas diferentes. Del mismo modo una
madre es diferente a una mujer. Tal vez es el momento de que cada uno preste
mucha atención a las necesidades del otro y busque la manera de demostrar su
interés. El instinto para criar a un niño es fuerte y la alegría y la
satisfacción que sienten la mayor parte de los padres supera ampliamente los
inconvenientes y limitaciones que deben enfrentar.
Los primeros días después del parto suelen ser desconcertantes, pasando por
diferentes períodos en los que son atendidos por varios profesionales y momentos
en los cuales están solos, en general no sin dificultades. Aunque el cuidado
cotidiano del bebé les deja poco espacio para la relación de pareja, estas cosas
pueden unirlos si se concentran en compartir cosas simples y disfrutan de las
primeras "monerías" del bebé.

Cuando una pareja tiene su primer hijo, nacen con él tres nuevas relaciones:
mamá-bebé, papá-bebé y la de la madre con el padre entre sí, siendo esta última
la más compleja, ya que si bien entre ellos ya existía una relación anterior al
nacimiento, lo novedoso es vincularse desde los roles de madre y padre, con la
respuesta particular que cada uno tenga frente a ello y a partir de allí es
necesario "rediseñar" la relación
Para ello es importante que el reciente papá sepa que su mujer se siente muy
vulnerable, tanto en lo físico como en lo emocional y que su afectividad se
encuentra concentrada en su relación con el bebé y que esto no representa un
rechazo hacia él, que necesita de su ayuda para no sentirse agobiada en las
tareas diarias y para recuperar su identidad; que las mamás tengan presente que
a ellos también le pasan cosas, que esta situación es nueva y tal vez confusa
para ambos y que por lo tanto él también requiere su atención y comprensión. El
hombre debe retomar su actividad laboral inmediatamente y el mundo de hoy no
permite "distracciones", es decir que las exigencias continúan "como si nada
hubiera sucedido" y en consecuencia es probable que el papá se encuentre en una
situación de mucha presión. Por eso si los dos comienzan esta etapa con el
convencimiento de que los primeros meses pueden ser de trabajo duro, podrán
apoyarse mutuamente y demostrarse que están haciendo lo que cada uno puede,
desde la mejor de las intenciones.

Sexualidad

La sexualidad es uno de los aspectos de la pareja que varían durante el
proceso de búsqueda, embarazo y pos parto. Ante la llegada del alta médica, es
decir el permiso que el médico otorga a reiniciar la vida sexual activa, muchas
parejas se encuentran con que uno de ellos o ambos no logran conectarse con el
deseo sexual, al menos de la misma manera que antes del embarazo.
Lo primero que debemos destacar es que el alta habla de la aptitud física,
orgánica de esa mujer para mantener relaciones sexuales, y que esto nada dice de
las ganas, del deseo de los miembros de la pareja hacerlo. El consejo más
generalizado acerca de cuándo retomar las relaciones sexuales es, luego del alta
médica, en el momento en que los dos sientan que están preparados y tienen ganas
de hacerlo. Este re- encuentro desde estos nuevos roles a veces no es sencillo,
es común sentirse diferente en relación al sexo luego del nacimiento de un hijo.

– Cuáles son aquellas cosas que dificultan ese encuentro?

En el caso de las mujeres podemos mencionar:
1 sensación de pérdida de la intimidad, de la libertad, en relación a la llegada
del bebé
2 pérdida de su propia identidad en relación a los roles que no ejercita
activamente
3 transformación del cuerpo, que no es el único cambio pero es el visible y no
de menor importancia: ya no es el cuerpo del embarazo que las mujeres en general
erotizan fácilmente, no es el cuerpo anterior al embarazo y entonces lleva un
tiempo adaptarse al mismo
4 roles que entran en conflicto: ser mujer- ser madre, y la respuesta singular
que cada una de a ellos
5 simbiosis madre- hijo que debe ir cediendo par dar lugar al hombre
6 consideraciones físicas: incomodidad por inflamación vaginal, loquios o
hemorragias, lactancia, cansancio, etc.

En el caso de los hombres:
1 impacto de haber visto a su mujer en el momento del parto
2 ver en su mujer una figura totalmente maternal
3 implicarse como padre desde la exigencia económica y por lo tanto laboral
4 temer hacerle daño a su mujer
5 situar el cuerpo de su mujer como perteneciente al bebé, más aún durante la
lactancia

Para ambos:
1 antes eran 2, ahora son 3 en el cuarto o en la casa
2 cansancio, ya que la demanda del recién nacido es total
3 necesidad de tiempo de adaptarse ala nueva situación

– Cómo facilitar el re- encuentro?
En primer lugar es importante no acceder a un encuentro íntimo sólo por suponer
que el otro quiere, y tener presente que esto sucede y que pasa: es cuestión de
tiempo, de adaptación a la nueva situación, de conversar con la pareja acerca de
esto ya que la conversación fluida evitará que esto sea un problema. También es
bueno facilitarse encuentros de juegos amorosos: caricias, abrazos, besos y así
darse tiempo para re- encontrarse con el propio cuerpo y el del otro antes del
encuentro que re- iniciaría la vida sexual activa.

Ser mujer y ser madre

En el momento del embarazo y nacimiento de un hijo, las mujeres se enfrentan
con aquellos modelos de maternidad que la han acompañado en su desarrollo,
desconociendo muchas veces su propio criterio al respecto, y repitiendo formas
con las cuales muchas veces ni siquiera están de acuerdo. Es por ello que muchas
decisiones cotidianas están teñidas de angustia y de culpa cuando la vida
continúa desde nuevos roles: ser madre y ser mujer. Este proceso trae como
consecuencia una modificación de la imagen de sí y del otro, nuevas modalidades
de contratos de la pareja, y una nueva posición de la mujer en relación a sus
otros centros de interés: amistades, ámbito laboral, formación académica, tiempo
libre, etc.
Hoy en día muchas mujeres trabajan, ganan dinero, estudian, buscan su propio
placer, pero organizar sus vidas más allá de la maternidad se vuelve a veces un
camino difícil, de “transgresiones”, de culpas y de sobre exigencias. Siempre es
importante tener presente que nuestros hijos necesitan como madres mujeres
felices. Para ello debemos preguntarnos por nuestros propios deseos más allá de
los mandatos, tratar de lograr un equilibrio entre el tiempo que destinamos a
nuestros hijos y nuestras actividades, recuperar parte de nuestra identidad
perdida.

Sugerencias para facilitar este tiempito…

1 Darte tiempo y aceptar que los primeros tiempos del bebé en casa, puede
resultar difícil
2 Aceptar la ayuda de amigos, familiares y profesionales
3 Compartir con tu pareja lo que sentís y guiarlo en relación a lo que necesitás
para sentirte mejor
4 Conversar con tu pareja acerca de cómo están frente a esta nueva situación y
planear actividades juntos
5 Recuperar actividades que desarrollabas antes del nacimiento: trabajo, estudio,
actividad física, encuentros con amigas

Volver al Trabajo

Es posible que en cuanto te hayas adaptado a tu nuevo rol de madre y logrado
una rutina apropiada para tu familia, haya llegado el momento de volver al
trabajo, o comiences a pensar en ello.
Para muchas mujeres se trata de una necesidad económica, sin la libertad de
decidir si retomarlo o no; para otras representa una búsqueda de la identidad
perdida, una salida del mundo de pañales. Esa identidad es el producto de
nuestro recorrido social: trabajo, profesión, estudio, amistades, etc, que en la
relación misma nos devuelve información acerca de quiénes somos y qué hacemos.
Con la llegada del bebé se precipita la pérdida de los lugares de identificación.
En otros tiempos, esto también sucedía pero en un ritmo diferente; las mamás de
esta época mantienen sus actividades hasta el mismo día del parto, siendo luego
el detenimiento muy abrupto, por lo que dificulta la elaboración de esta etapa
de su vida. Es en ese momento donde se hace difícil RECONOCERSE A SÍ MISMA.
Volver a trabajar requiere de una nueva organización familiar. Si la preparación
es con anticipación, teniendo en cuenta cómo adaptar la rutina, quiénes serán
los referentes que se quedarán con el bebé en tu ausencia, cómo resolver el tema
de la leche materna, cuáles son para la mamá y el papá las prioridades en esta
nueva etapa, etc, el período de transición será más sencillo para todos.
Es probable que ante esta decisión experimentes sentimientos e ideas
contradictorias e incluso, que la decisión que tomes sea diferente a lo que
considerabas lo mejor, antes del nacimiento. Tal vez sientas culpa por necesitar
o desear retomar tu trabajo.
Es importante que sepas que para el bebé será más positivo que vos estés
contenta y satisfecha con lo que hagas.
Para este período crítico puede resultar facilitador buscar nuevos referentes
entre los pares y en profesionales que puedan acompañarte, descubrirás así que
no estás sola, que los temores y las preocupaciones son similares y que el
intercambio en sí mismo enriquece.

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