La tricotilomanía: conducta compulsiva de arrancarse el cabello.

Se trata de una conducta compulsiva donde el sujeto no puede dejar de arrancarse el cabello, -y muchas veces comérselo-  o los vellos de otras zonas del cuerpo como cejas; barba; axilas; brazos y pecho.

Este comportamiento disfuncional, se presenta más en mujeres que en varones y puede comenzar en la vida infantil.

 

Los sujetos que padecen este tipo de trastornos, no pueden controlar sus impulsos ya que al momento de experimentar un estado de tensión y ansiedad excesiva, descargan dichos estados arrancándose el cabello, lo que les genera una sensación de alivio inmediato porque la ansiedad disminuye rápidamente.

Estos individuos han aprendido a bajar el estado de ansiedad, arrancándose los pelos de manera compulsiva, y dicho hábito se ha internalizado por la sensación de tranquilidad que sienten luego de arrancarse el cabello.

 

¿Qué factores intervienen?

Algunas de las causas que encontramos son:

-vulnerabilidad genética.

-circuitos neuronales.

-factores ambientales.

-experiencias tempranas.

Otra de las causas que pueden provocar la tricotilomanía son las situaciones traumáticas que pude haber vivido el individuo, generando el estrés post traumático.

 

¿Qué consecuencias puede provocar?

Pueden surgir diferentes problemas de salud, algunos de ellos pueden ser:

-obstrucciones intestinales: en aquellas personas que se comen los pelos.

– infecciones en la cabeza y en otras partes del cuerpo.

-baja autoestima.

-retraimiento social por la vergüenza que genera su aspecto.

-temor a las cargadas y burlas.

-trastornos en el estado del ánimo.

 

¿Cómo es el tratamiento?

El tratamiento puede se combinando, utilizando tratamiento farmacológico, terapia psicológica y grupos terapéuticos.

 

La Terapia Cognitiva  Conductual ha resultado ser muy efectiva en el abordaje de la Tricotilomanía, y para esto utiliza diferentes técnicas que han sido probadas científicamente. Algunas de ella son:

-Aprender a identificar las situaciones que le generan ansiedad, para prevenir la conducta impulsiva.

– Evaluar si el impulso aparece por aburrimiento o por un estresor ambiental.

– Aplicar conductas resolutivas que resulten saludables.

– Descargar la ansiedad de otra manera que no sea arrancándose el cabello.

– Aprender diferentes estrategias para poder controlar los impulsos.

 

Para mayor información:

Psicólogo  Santiago Gómez

Director de Decidir Vivir Mejor y del Centro de Psicología Cognitiva

(Matrícula: 15.159)

www.decidirvivirmejor.com.ar / info@decidirvivirmejor.com.ar

Tweeter: @PsSantiagogomez / www.facebook.com/ps.santiagogomez

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