Contando cuentos especiales.

Cada tanto nos detenemos  en el tiempo para sumergirnos en la imaginación de los más pequeños.

Nos transformamos en caballeros de la noche, con lunas de frutillas, estrellas de caramelos, nubes suaves como las almohadas, violetas, fuxias , amarillas, verdes. Pasamos a tener nuevamente .2,3,5,8 años. Corremos tras algún unicornio que se perdió en un bosque encantado, donde los príncipes son fuertes y valientes, y las princesas los están esperando para darles un chocolate caliente luego de la aventura de la tarde.
Qué hermoso es leerle un cuento a nuestros chicos. Llenarles el alma de historias de fantasía, enriqueciéndoles los sueños, completándoles la alegría.
Cuán bien hace estar un momento junto a esos pequeños que nos hacen estar de acá para allá todo el día, con la escuela, comprar algo en la librería, el cumpleaños de un amiguito, ir al súper por las compras de la semana, y de paso buscar lo que ayer nos olvidamos (eso pasa todos los días no?, por lo que las compras pasan a ser diarias), corriendo al club porque llegamos tarde, y tantas cosas. Pufff, terminamos agotadas antes de caer la noche, y todo continúa, porque hay que ayudarlos con las tareas, bañarlos, y prepararles una cena nutritiva que los mantenga sanitos y haga que crezcan bien protegidos de cualquier bicho que pretenda pasar por ese escudo que es su cuerpo.
Lo bueno está por llegar cuando los mandamos a la cama, primero pasada obligatoria por el baño para una buena cepillada de dientes y un último pis. En el cuarto nos espera algo hermoso, ese momento donde le agradecemos a Dios el estar todos sanos, acobijándolos bien, y leyéndoles un  cuento inventado, que te piden una y otra vez, donde ellos son los protagonistas, héroes y villanos, lunas y soles, montañas y mares. Es allí que la magia de los sentimientos aflora y todo se llena de un aroma tan rico que se siente amor por todos los rincones.
Hay que hacerse un lugar en el tiempo limitado que tenemos los padres por las responsabilidades que cargamos al ser adultos, y buscarse ese momento único de unión con nuestros hijos. Ellos harán lo mismo con sus hijos, y sus hijos con los suyos, porque lo bueno se hereda y la cadena de compartirse en cuentos nunca acaba.
Enseñemos le la importancia que es tener imaginación como herramienta para su felicidad. Así como la lectura les abre caminos en sus cabecitas, el saber usar lo que piensan imaginariamente los llevará a no saber lo que es el aburrimiento, ya que serán fabricantes de cuentos, juegos, historias de nunca acabar.
El vínculo con un hijo se crea en cada momento que se tiene junto a él. Éste será quien lo defina en un futuro como hermosa persona .
Espero ansiosa la llegada de una nueva noche, para compartir con mis hijos la libertad de esas historias armadas con partes que ellos aportaron cada noche, y que no me dejan terminar de contar una y otra vez.. 
Haz la prueba, cuenta un cuento si aún no te has animado. Esperarás cada noche para hacerlo, te lo aseguro, ya que será tu momento con ese ser que está esperándote entusiasmado dentro de su cama para que comience la aventura.
Ana Alemán.
@ani_aleman
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