Claves para usar bien el color en la decoración

Claves para usar adecuadamente el color en la decoración

Por Liliana Mestanza, Team Desing, Fontenla,
www.fontenla-furniture.com

El color es una de las herramientas más poderosas con que contamos en
decoración. La sensibilidad que en las personas se desarrolla a partir de la
visualización de un color depende de distintos factores: social, cultural y
antropológico. Esto hace que no exista un verdadero código universal de los
colores aunque sí podemos clasificarlos en distintos grupos.
Lo que sí es cierto es que los colores pueden lograr que se desencadene una
serie de sensaciones y estados de ánimo. Gracias a esto, podremos lograr, con
una combinación adecuada de colores, crear los ambientes más variados. Una sabia
aplicación de los distintos matices cromáticos puede incluso destacar o
disimular las partes u objetos de la casa que deseemos.

Para utilizar el color como un arma efectiva en el diseño y la decoración es
imprescindible tener en cuenta algunos principios básicos: cómo aprovechar al
máximo sus posibilidades, sus efectos psicológicos y cómo combinarlos.
Sin duda, la tonalidad predominante de una habitación determinará su carácter.
Debemos tener en cuenta la actividad que se va a desarrollar en cada espacio.
Por ejemplo, si queremos crear un cuarto de juegos para niños, necesitaremos
colores estimulantes y alegres, pero para un dormitorio buscaremos tonos
relajantes.
Las mejores fuentes de inspiración para lograr una composición de colores en
decoración son: el arte y la naturaleza. Observe atentamente un paisaje o un
cuadro que le agrade y le parezca cromáticamente equilibrado e imítelo en su
diseño. Analice la cantidad de color y la forma como se distribuyen y se
relacionan entre sí los diferentes matices y luego trate de reproducir las
mismas proporciones al combinar el color de la pared, con la alfombra, el
mobiliario y los accesorios. Por otro lado, no se debe tomar las reglas de los
esquemas de color y las formas de combinarlos en forma categórica, lo que cuenta
en definitiva es el gusto personal de cada uno.

Clasificación según el círculo cromático: una gama de posibilidades

Los colores primarios son aquellos colores puros, es decir que no se obtienen
de la mezcla con ningún otro, pero de los cuales se obtienen el resto de todos
los colores, cuando se mezclan entre ellos y también con el blanco y el negro.
Los colores primarios son: el rojo, el amarillo y el azul; cuando son usados
juntos se producen efectos muy vibrantes, dando máximos contrastes. Es una
combinación que debe ser manejada con mucho cuidado pues puede resultar
agobiante y cansar mucho la vista.
En pequeños detalles resultan muy acertados y pueden revitalizar y alegrar un
mobiliario sobrio y monocromático.
Los colores complementarios juegan un rol fundamental para crear un ambiente
descontracturado, rústico y moderno a la vez, con colores contrastantes: el
verde y el rojo, opuestos en el círculo cromático, crean un espacio vibrante y
lleno de vida. El color verde adquiere particularmente múltiples tonalidades.
También se pueden manejar estilos y criterios de decoración completamente
distintos utilizando dos colores como el azul y el verde que se llevan bien. En
matices no muy puros, el verde más apagado y el azul eléctrico crean ambientes
muy agradables. A pesar de que es una combinación que nunca falla, azul y verde
juntos pueden resultar un poco aburridos o apagados, lo ideal para animarlos es
utilizar detalles en su color complementario, el naranja. El resultado: una
estancia sobria y elegante.
Otro variante en colores complementarios: el azul turquesa y el naranja que
producen el mayor grado de contraste sin entrar en desarmonía.
Los colores fríos como los azules, los verdes y los violetas, en general
producen una sensación de calma y tranquilidad. También pueden generar un efecto
de alejamiento, de distanciamiento, por eso son muy usados en habitaciones
pequeñas, o cuando se quiere disimular un espacio muy estrecho, como un pasillo
por ejemplo. No es aconsejable utilizarlos solos ya que pueden dar a una
habitación un efecto de poca intimidad y tristeza, que podría convertirse en un
lugar un poco frío e impersonal. Si aplicamos una paleta de colores fríos y
neutros se puede crear un ambiente calmo y relajado, que junto a la luz natural
invita al relax o disfrutar de la lectura.
Para que el espacio conjunto luzca más vivaz, una buena recomendación es añadir
pequeños detalles en amarillo que hacen la diferencia.
A los colores cálidos pertenecen aquellos capaces de estimular, energizar,
favorecer la actividad física y mental, y también se les atribuye la capacidad
de penetrar más profundamente en los tejidos del cuerpo humano. Sin embargo, los
fríos son los que el cuerpo absorbe más superficialmente, son relajantes y
estimulan el sueño. Los colores cálidos (amarillos y rojos) tienen un efecto
estimulante y dan la impresión de que avanzan, que se adelantan de la superficie
que los contiene. Esto provoca sensación de cercanía. Son colores vitales,
alegres y activos.

En general, el uso ideal del color es aquel que integra, en un mismo ambiente,
los conceptos de armonía y contraste. Existe armonía cuando la integración de
todos los colores producen una unidad grata a la vista, equilibrada y serena.
Existe contraste cuando la unión de varios colores produce una especie de choque
que crea una unidad cromática más vital y dinámica. En este punto es necesario
tener cuidado: una oposición demasiada violenta entre dos o más colores puede
producir desarmonía.
Es importante decir que todos estos datos son el disparador para que usted pueda
empezar a componer la idea. La decoración puede ser un caos, con malos
resultados, si no conocemos los mínimos detalles teóricos, conceptos y
estrategias básicas. No se puede improvisar si se desea obtener resultados
claros. Antes de transgredir o dejarnos llevar por la pasión, necesitamos saber
cuestiones básicas que no podemos ni debemos dejar pasar.

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